miércoles, 24 de agosto de 2011

Caricatura de Pong

CARTA ABIERTA A PABLO MILANÉS

CARTA ABIERTA A PABLO MILANES
Por Ondina León
Guitáfora/16 de agosto de 2011
Pablo:
Tú pudiste haber sido un hombre bueno, pero te ha faltado el primer valor que un ser humano tiene que tener: el valor. Y no es que te hayan faltado oportunidades a lo largo de tu vida para alcanzar ese coraje ético.
Cuando estuviste en los campos de concentración de la UMAP, debiste tener el valor de reconocer que tu revolución era una dictadura represiva, que no respetaba ni el talento artístico ni la libertad de cultos religiosos ni mucho menos la diversidad en la identidad sexual. Pero no, preferiste buscar refugio debajo de la falda de Haydée Santamaría, esa misma “libertadora” que se ajustició, para poder seguir cantando, sobre todo a los represores y a los asesinos fotogénicos, como Ernesto Guevara, con la libertad de los siervos o los galeotes.

Durante el llamado “Quinquenio Gris” de la cultura (¿alguna vez ha sido luminosa una dictadura?), ¿cuántas veces alzaste tu voz contra la defenestración y el “ninguneo” de tantos intelectuales y artistas? ¿Tendré que recordarte casos y nombres? Seguro que no: tú los conoces muy bien, de cerca, a la mano...

Cuando las campañas bélicas del imperialismo castrista en África, a donde tu gobierno enviaba a nuestros compatriotas a morir, sobre todo a los negros, como nosotros, con el axioma elemental de “los cubanos ponen los muertos y los rusos, las armas”, ¿cuántas veces te rebelaste contra esta injusticia bárbara? Ninguna, que yo sepa, porque preferiste cantar “la gloria que se ha vivido”, esa que ha vestido al dictador de “legitimidad” y “respeto” ante las izquierdas del mundo.

Cuando en 1980, durante el carnaval de los vándalos castristas, que repudiaban con palos y piedras a los que querían huir de la pesadilla caribeña, tú, guitarra en mano, declarabas a voz en cuello “yo me quedo”, porque eres del Caribe y amas esa isla, que para ti no es una gran cárcel con barrotes de espuma de mar y tiburones guardianes. ¿Realmente no sentiste vergüenza de ser cubano en aquel entonces? Yo sí, y mucha, porque cuando un pueblo se envilece, Dios llora.

Y, más tarde, cuando en 1994 se produjo “El Maleconazo” y el éxodo (otro más) de miles de balseros, ¿no se te ocurrió preguntarte por qué Cuba se seguía desangrando en una espiral de desastres absurdos y maquiavélicos?

Y hoy, ¿no te preguntas por qué tu patria se ha convertido en otro Haití? ¿Ya les escribiste una canción a las Damas de Blanco, ahora que dices que hace falta libertad en tu tierra? ¿Cómo te juzgo, coterráneo? ¿Qué hacer, entonces?

Dentro de unos días darás un recital en Miami, conocida como la Capital del exilio cubano, y hay tremendo debate sobre si tienes derecho a presentarte o no, donde están refugiadas tantas víctimas del castrismo. Para mí está clarísimo que, en este enclave de libertad y democracia, todo el mundo tiene derecho a cantar, sea de izquierda, de derecha o castrista, como tú. Como también los cubanos debería tener el derecho y el deber de dejarte sin audiencia, a teatro vacío; o a parapetarse en otro recital con artistas libres, que te silenciaran con su música. Sin embargo, tristemente admito que sé que llenarás ese estadio, porque la mezcla de amoralidad y nostalgia aberrada, de irresponsabilidad histórica y egocentrismo, de frivolidad y desmemoria, que padecen muchísimos cubanos y otros tantos hermanos de América Latina, te garantiza la audiencia.

Yo no estaré allí ni te aplaudiré ese repertorio, que tienes que haber escogido muy bien, en otro ejercicio más de complicidad con el castrismo, para demostrar que “eres artista, no político”, como eructan esos colegas tuyos a los que no les importa Cuba y sus miserias. ¿De verdad tú crees que eres “progresista” y socialista? Deberías tener el valor de admitir que en Cuba no puede haber progreso real bajo la bota del castrismo, ese añejo sistema de patologías. Pero, claro, creo que tus vacaciones en Cancún, junto a tu esposa española, o el mojito que te tomas en tu residencia habanera con piscina, no te permiten pensar bien.

Me hubiera gustado mucho comenzar esta carta diciéndote “Querido Pablo”, pero reconozco que soy muy imperfecta y me cuesta la vida querer a alguien que le desea salud a un tirano sanguinario. Lo siento, Pablo, yo también soy Cuba, aunque apenas me reconozca a mí misma, desde que me desterraron a golpes de injusticias y de complicidades, como esta tuya, imperdonable.

Esta nota fue tomada de Cuba Humor.

viernes, 12 de agosto de 2011

Asaltan restaurante

SANTA ISABEL DE LAS LAJAS, Cuba, 11 de agosto (Idania Yanes, Villa Clara Press / www.cubanet.org) – Tres individuos no identificadas hasta el momento asaltaron un restaurante en este municipio de la provincia Cienfuegos, y se llevaron la caja registradora, el pasado 7 de agosto.

Según  los testimonios de varios clientes, los malhechores pidieron tres pollos fritos a la cajera, que hacía a su vez el trabajo de camarera. Cuando fue al interior del restaurante a buscar el pedido, los cacos, cuchillos en mano, amenazaron a los comensales y cargaron con la caja, que contenía pesos convertibles y moneda nacional.

El restaurante se encuentra en la calle Dr. Machín, y hasta el momento no hay pistas de los ladrones.

miércoles, 10 de agosto de 2011

La corrupción: General de cinco estrellas

LA HABANA, Cuba, agosto (www.cubanet) – La corrupción ha tomado matices tan preocupantes en nuestra sociedad, que ni activando los piquetes de fusilamientos, el régimen podrá inhibir la podredumbre existente en las instituciones estatales. Lo cierto es que las violaciones no tienen rostro ni jerarquía, y en las infracciones pueden estar involucrados lo mismo un simple panadero que un General de División, o un burócrata del Comité Central.

Hace unos días, el tribunal provincial de La Habana dictó sentencia contra 10 antiguos directivos y funcionarios del Instituto de Aeronáutica Civil de Cuba (IACC) y la empresa Heber Biotec S. A., comercializadora de productos farmacéuticos.

El fallo se sincroniza con un escándalo de corrupción en la corporación ETECSA, que arrojó desfalcos millonarios, destituciones y encarcelamientos. También dos viceministros del Ministerio de  Informática y Comunicaciones fueron sometidos a medidas cautelares, para ser investigados por Seguridad del Estado, y aunque las fuentes no precisaron el motivo de los apresamientos, sospechan que hubo un defalco a través de firmas extranjeras, ya que ambos directivos estaban involucrados en la instalación del cable de fibra óptica entre Cuba y Venezuela, multimillonaria inversión que aún no presta servicio.

A finales de julio, especialistas del Instituto de Planificación Física (IPF) expusieron a los televidentes en el programa Mesa Redonda, un sinnúmero de violaciones del patrimonio arquitectónico de Ciudad de La Habana, daño catalogado de irreversible. Sin embargo, resultó contradictorio que no se citara como responsable del desbarajuste al Instituto Nacional de Vivienda, cuyos funcionarios expidieron las licencias.

Debido a esta omisión, colaboradores de los municipios Plaza de la Revolución, Cerro y Centro Habana, recogieron las opiniones de mil ciudadanos, y 914 de ellos (92%), coinciden en que “el Instituto Nacional de la Vivienda es un organismo corrupto, y sus directivos carecen de fuerza moral para hacer cumplir las leyes”.

Otros exámenes estiman que la corrupción en Cuba se ha generalizado, como resultado de las prohibiciones existentes. Algunos argumentan que por falta de libertad de expresión y derecho a huelgas, los trabajadores, en vez de protestar y luchar para obtener mejoras salariales, recurren al robo para paliar el déficit monetario que padecen, acto que los degrada moralmente. “Imagínate, tengo que robar porque mi mujer me vuelve loco cuando no hay comida, o mi hijo tiene los zapatos rotos” –dijo a ese reportero Miguel Menéndez, panadero.

Raúl Castro, en su último discurso ante la Asamblea Nacional, aseguró: “Todos somos iguales ante las leyes”. Pero nuestros “parlamentarios callejeros” se preguntan: ¿Qué pasó con el General Rogelio Acevedo?

viernes, 11 de marzo de 2011

Arzobispado de La Habana anuncia liberación de Oscar Elías Biscet

La Iglesia Católica cubana anunció el jueves que próximamente será liberado el prisionero político Oscar Elías Biscet, el más firme y mejor conocido de los 75 disidentes encarcelados en el 2003 durante una ola represiva.
Biscet, un médico negro quien ha estado sirviendo una sentencia de 25 años por supestas actividades en contra de la Seguridad del Estado, preside la Fundación Lawton por los Derechos Humanos.
Con un discurso sereno pero contundente, Biscet se ha convertido en uno de los más conocidos opositores en Cuba, respetado tanto por grupos de derechos humanos como activistas afroamericanos de Estados Unidos.

Desde Cuba, el opositor Guillermo Fariñas declaró que la excarcelación de Biscet representa el triunfo de la oposición pacífica frente a un sistema totalitario que viola consistentemente las libertades individuales.
"Es una excelente noticia. Biscet es un hombre íntegro que puede contribuir a la unidad del movimiento opositor cubano por toda la serie de planes que ha elaborado'', añadió. "Es un símbolo del anticastrismo que empezó a enfrentar al régimen porque se opuso a los abortos, involucrándose después en otros temas de la sociedad civil''.

La oficina del cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Habana, anunció la próxima liberación de Biscet en un correo electrónico. En otro correo electrónico también anunció la excarcelación de otros nueve prisioneros políticos que no pertenecen al Grupo de los 75.
Biscet sufrió numerosos arrestos a partir de 1998. Fue condenado en el 2000 y detenido otra vez en el 2002. Fue juzgado en el 2003 con los 75 en la ola represiva conocida como Primavery Negra.
La esposa de Biscet, Elsa Morejón, no pudo ser contactada para que comentara sobre esta nota pero el mes pasado dijo a El Nuevo Herald que esperaba que su esposo fuera uno de los últimos liberados por su firme activismo.

Después de la liberación de Biscet quedarían pendiente solamente las excarcelaciones de tres de los 75: Librado Linares, José Daniel Ferrer y Félix Navarro.
Ortega ha trabajado como mediador con el gobierno de Raúl Castro durante el proceso anunciado el 7 de julio del año pasado para las excarcelaciones de los últimos 52 de los 75. Otros ya habían sido previamente excarcelados por razones de salud.

El gobierno cubano también ha puesto en libertad a más de 45 hombres y mujeres considerados prisioneros políticos pero que habían sido condenados por actos violentos tales como piratería de botes o aviones.
Todos los recién liberados fueron enviados directa e inmediatamente a España con la excepción de unos 10 miembros del grupo de los 75 que, al igual que Biscet, se negaron a salir al exilio.
Los que se quedan en Cuba han asegurado que seguirán con sus actividades contestatarias, aunque han sido liberados bajo un permiso especial que indica que podrían ser encarcelados en cualquier momento.

Castro prometió en julio que todos los 52 prisioneros políticos serían liberados en un plazo de cuatro meses, o sea, el 7 de noviembre. Pero aún no hay explicación por las demoras. En el caso de Biscet, más de cuatro meses.

Las autoridades acusan a los disidentes de ser "mercenarios'' al pago de los Estados Unidos. Pero ellos han dicho que no necesitan recibir un pago para oponerse al gobierno.
El ex preso político Pedro Argüelles Morán calificó la liberación de Biscet como un hecho alentador para todos los cubanos que luchan por una nación libre y democrática.

"Es muy importante tenerlo en libertad por lo que representa para el pueblo, los activistas y exiliados'', dijo. "Es un hombre más que tenemos en la calle que va a denunciar las violaciones de los derechos humanos. Su excarcelación es muy importante''.

El economista y periodista independiente Héctor Palacios declaró que Biscet representa una gran oportunidad para el futuro de la nación cubana.

"Es inteligente y tiene gran arraigo'', comentó. "Hago votos para que salga con salud y el mismo ánimo de siempre. Estamos esperando el día que llegue a su casa''.

martes, 1 de febrero de 2011

LA HABANA, Cuba, febrero, www.cubanet.org-El juicio por los muertos de Mazorra me pareció un teatro mal pintado por la prensa oficial, que intentó adornar con tecnicismos jurídicos, lo que todos sabemos: El descalabro de la salud pública, la debilidad del sistema jurídico y la hipocresía de los medios de comunicación.
Gramma omitió la cifra de implicados y fallecidos, pero dio detalles sobre el numero de testigos examinados por el tribunal y de las especialidades de los miembros de la comisión creada tardíamente por el Ministerio de salud pública para investigar la causa y condiciones que generaron “las muertes ocurridas”.
¿Habrán visto los jueces de la Sala Segunda de lo Penal del Tribunal de La Habana,  las fotos de los decesos, que circularon subrepticiamente por la ciudad? Pieles laceradas por golpes, evidencia de maltratos físicos. Los rostros apagados que en vano intentaban protegerse del frio, cuando el rigor de la muerte los alcanzó.
Cuerpos famélicos, que recibieron severos castigos porque  su inconsciencia no les permitía percibir el abandono y protestar por ello. El hambre los azotó con la misma dureza que sus enfermeros y médicos, a los que posiblemente la necesidad y el cansancio les robo la sensibilidad humana.  Los mismos que “por altruismo” viajan a recónditos lugares del planeta a llevar salud en nombre de Cuba.
Sin embargo, peso más la malversación que la propia muerte de los enfermos. Seres humanos abandonados por los hombres y por la cordura. Hecho que Granma gentilmente llamó “insuficiencia en el cuidado de los pacientes”.
“La fiscalía alegó que los implicados conocían que en el periodo invernal se produce un incremento de fallecidos por enfermedades respiratorias”, explicó el periodista. Sin embargo, “el cuadro encontrado en la evolución clínica” revelo signos de desnutrición, anemia y falta de vitaminas.
Un frente frio, no provoca esos padecimientos. Ellos son consecuencias de falta  alimentos por meses, tal vez años. En esas condiciones físicas, la muerte era cuestión de tiempo. Las bajas temperaturas fue un catalizador, tal vez deseado.
Quedaron muchas interrogantes sin respuestas. ¿No pudo evitarse el triste desenlace? ¿Ningún análisis médico reveló con anterioridad tales diagnósticos? ¿Qué hacían los cuadros del gobierno o miembros del partido comunista responsables de la institución? ¿No hubo inspección o comprobación de los informes?
¿En todo ese tiempo no pasó por allí, en recorrido, un dirigente histórico? Se me olvidaba ese no es un objetivo estratégico de la Revolución. ¿Dónde estaba José Ramón Balaguer, el Ministro de Salud Pública en ese entonces? Dormía tibio y seguro mientras una treintena de enajenados -bajo el cuidado de una entidad perteneciente a su ministerio- moría de hipotermia.
Ni una disculpa ni su renuncia, solo silencio. Fue destituido a finales de julio del año pasado, como otros tantos ministros incompetentes, pero continúa su trabajo en las altas esferas del gobierno. Uno de los intocables con derecho a saborear hasta el fin de sus días “la miel del poder” , por la que solo ellos se sacrificaron. Tal vez por eso el tribunal no tuvo permiso para investigarlo.
Se cerró el telón, asunto concluso. Mañana nadie recordara los trágicos hechos, gracias a que la prensa disfrazó la mísera humana de un “sector que es orgullo y baluarte de Cuba y de muchos países del mundo” y la justicia distinguió entre cocineros, cuadros y dirigentes.

sábado, 29 de enero de 2011

Medio ambiente y doble moral

LA HABANA, Cuba, enero (www.cubanet.org) – Hace un año las autoridades, con el obvio objetivo de impedir las fugas del país, decomisaron arbitrariamente  20 catamaranes, pertenecientes a vecinos la playa Guanabo, al este de La Habana. Hasta el momento sus reclamaciones no han tenido respuesta, pero mantienen la confianza en que la jefatura del Ministerio del Interior y los tribunales abran una investigación sobre el decomiso, y se haga justicia.

Resulta lamentable que los paranoicos jefes de Tropas Guardafronteras se dediquen a la persecución de gente que intenta huir por mar del país, y sean indiferentes ante la pesca ilícita de tortugas marinas que, pueden vivir entre 150 y 200 años. La matanza de las tortugas que pretenden llegar a las playas para poner sus huevos, se produce cada primavera durante la temporada de desove.

Los pescadores furtivos se reparten los tramos de playa, que oscilan entre los 400 y 500 metros. A veces se producen  disputas por el control de cada demarcación. En ocasiones las peleas han llevado a hechos de sangre, pero, irónicamente, esta situación es ignorada por las autoridades.

Los restos de cuerpos de las tortugas marinas son arrastrados por las corrientes hasta las playas, y allí son devorados por aves carroñeras. Muchos  turistas, al verlos y enterarse de la situación,  se indignan ante la indolencia de las autoridades.

Hace unos años, Fidel Castro – el principal responsable del desastre ecológico que es nuestro país- recibió un premio de la Academia  de Ciencias de Cuba, por su actitud ante los programas de conservación del medio ambiente. Lo que ocurre con las tortugas marinas es una muestra de la doble moral que también impera en los organismos que supuestamente deben velar por la protección del medio ambiente.

sábado, 1 de enero de 2011

Pato al clavo

LA HABANA, Cuba, diciembre (www.cubanet.org) – Durante aquel pasaje de espanto que en Cuba identifican pintorescamente como “Período Especial”, algunas familias habaneras, desesperadas tal vez ante la contingencia de olvidar el sabor de la carne, tuvieron la iniciativa de criar patos en los retretes, único lugar disponible dentro del reducido espacio de sus hogares.
Para mantener a los patos inmovilizados, obligándolos a defecar siempre en el mismo sitio y a comer de lo poco que había sin revoloteos problemáticos, sus dueños los clavaban sobre un pedazo de madera por la zona membranosa de las patas.
Era una ocurrencia salvaje. Pero antes o después de que se nos revuelva el estómago con su simple evocación, conviene no olvidar que estuvo condicionada por otras salvajadas mayores, que al ser impuestas por el régimen, sistemática y porfiadamente, durante decenios, ha conducido a nuestra gente no sólo a incivilidades semejantes, sino a experimentar en carne propia (que por suerte no es comestible) un estatus muy parecido al de los patos clavados.
Convenido ya que los patos no pueden tener conciencia de sus propias desgracias, aceptemos por lo menos que no habrá de faltarles capacidad para el sufrimiento y la turbación. Entonces sería por ese ángulo donde encaja el símil.
Hoy los cubanos de a pie despiden el año 2010 para adentrarse en el aniversario 52 de lo que todavía llaman la revolución, justamente como patos clavados, entre la perplejidad y el desconsuelo que les ocasiona conocer detalles del “análisis” realizado por los diputados de la Asamblea Nacional, en torno al Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.
Si no tuviera un significado tan serio y grave, y aun dramático, consideraríamos frívola la manera en que los medios nacionales de noticias, y hasta algunos extranjeros, tratan de inventar el optimismo con que el pueblo –dicen- está acogiendo esta mala nueva. Uno se pregunta cómo se las arreglan para no darse de narices contra la realidad, que está en las calles, a ojos vista, indicando la duda y el sobrecogimiento como reacciones ampliamente generalizadas.
La mayor novedad que parece traer este Proyecto de Lineamientos, con su convocatoria a la desempolvadura de los viejos planes quinquenales de la etapa soviética, y con el mismo lenguaje de toda la vida, mendaz, fatuo, retrógrado, es la confirmación de que nuestra gente alcanzó ya un grado tal de hartazgo que ni siquiera se resigna a esperar por los primeros resultados de su puesta en marcha para exteriorizar frustración: lo está rechazando en la víspera.
Podría deducirse que este escepticismo a priori obedece al medio siglo de proyectos fallidos, de asambleas populares para denunciar deficiencias que jamás se subsanan, y de discursos “a camisa quitada” (como el último del general Raúl Castro) para reconocer “críticamente” que antes no se pudo por descuidos y descoordinaciones e incompetencia burocrática, pero que a partir de ahora sí se va a poder.
También cabe suponer que tal reticencia es obra del callejón sin salida en que nos vemos, sin un medio y sin medios legales para conseguirlo, y de que ya no funciona la coartada de cargarle el muerto al bloqueo y a la crisis económica internacional.
Indudablemente son rezagos que deben estar gravitando sobre el ánimo popular, potenciados por la sustancia de aquel refrán: “No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”. Sin embargo, me ilusiona creer que junto a toda esa mole de plomo, por debajo o por encima, o quizás por debajo y por encima al mismo tiempo, también hace lo suyo una nueva actitud de la gente, fruto de una conclusión, no consciente quizá, todavía no, o no como lo que verdaderamente es: la certidumbre de que el nervio de todos sus problemas radica en la falta de libertades para pensar, para obrar y, en fin, para vivir como seres civilizados.
Lo mucho que demoramos para llegar a esta certeza –común y cotidiana para tantas personas en el mundo- hallaría ahora compensación en el hecho de que no puedan volver a engañarnos, nunca más, nadie, y menos que nadie los caudillos y las dictaduras patrioteras que suelen darse silvestres en nuestras tierras. A la vuelta de todas las retrogradaciones, sólo nos queda ir hacia adelante.
Si así fuese –y hay indicios que lo sugieren- 2010 termina representando un punto de giro clave en la historia contemporánea de Cuba. El año en que al fin empezamos a dejar atrás el presente inerte que nos vendieron siempre como promesa de futuro.
Igualmente me ilusiona creer que en ese punto de giro estarían incidiendo, más de lo previsto por los enemigos y hasta por los partidarios de nuestra esperanza, los dos actos más trascendentales del movimiento de oposición pacífica en la Isla, ocurridos ambos en este año, presumo que no por casualidad.
Hablo de la muerte por huelga de hambre del preso político Orlando Zapata Tamayo y de los consecuentes 135 días en huelga de hambre y de sed con los que Guillermo Fariñas atrajo la atención de casi todo el planeta hacia el ignominioso panorama del presidio político en Cuba, y en general, hacia la causa opositora.
Estos sucesos han marcado juntos un antes y un después en materia de reconocimiento y de respeto internacionales ante la oposición interna al régimen. Y no sólo. También en cuanto a sus motivos y a la justeza que la guía.
Con su biografía de sencillo obrero negro y a través de su heroísmo espontáneo, sin más previsiones ni estrategias que un arranque de sublevación desesperada ante la injusticia, en el que por demás ponía en juego su única propiedad sobre la tierra, la vida, Orlando Zapata Tamayo deshizo de un tirón aquella patraña con la que el régimen estuvo mangando al mundo durante demasiado tiempo, haciéndole creer que nuestro movimiento interno de oposición no era sino una escuadra de mercenarios al servicio del gobierno estadounidense.
Guillermo Fariñas, por su parte, ha extendido una lección de altruismo sin tachas, llevando por delante su disposición a inmolarse antes de optar por la violencia como alternativa de lucha. Y esta vez no fue una acción improvisada, sino lúcida, paciente y valerosamente premeditada. Con una actitud tan ejemplar, afincada en su radicalismo político y en su sólida conciencia intelectual, logró situar contra las cuerdas al régimen, obligándolo, por vez primera en medio siglo, a proceder no según sus estratagemas manipuladoras, sino de acuerdo con las demandas de la disidencia, convertidas ya en reclamo universal.
Asimismo, el ejemplo de Fariñas impele a los enemigos de nuestra dictadura a un cambio radical en las tácticas para su enfrentamiento, incluso a un cambio de mentalidad. En el buen sentido del término, él consiguió más en 135 días que cuanto pudo conseguir, en varias décadas, el embargo económico de Estados Unidos, por no mencionar otras acciones igual de erradas y aun más torpes.
La disidencia cubana ha recibido a través de Fariñas más de una enseñanza renovadora.
Si alguna duda restaba en torno a la utilidad de descartar, como obsoleta y bárbara, la violencia que aplicaron tanto los revolucionarios de 1959 como muchos de los que se le opusieron más tarde, él le ha propinado el tiro de gracia, a través de una singular combinación de coraje personal con brillantez política.
Profundo ideólogo, además de un luchador con vocación heroica y un hombre de procedencia humilde, con los pies bien puestos sobre la tierra, Fariñas aboga por la postergación de las diferencias de intereses o de aspiraciones, y aun de criterios ideológicos, ante el imperativo de unir esfuerzos para enfrentar a la dictadura.
Todavía más, reniega del papel de los adalides en lo que debe ser nuestro inminente mañana. Proclama que aun alcanzada la democracia, para que el país ocupe plenamente su lugar en el mundo moderno, será preciso e impostergable que nuestros gobiernos y nuestra avanzada política en general estén conformados por personas con auténtica disposición como servidores del pueblo, por ciudadanos representativos a los que la población emplea y paga para que administren sus asuntos civiles, y no, en modo alguno, por líderes caudillistas y por salvadores mesiánicos de la patria, que se arroguen el derecho de virar la tortilla convirtiéndonos en sus servidores y hasta en sus rehenes.
Es curioso. Luego de vivir durante más de cincuenta años bajo la dictadura del proletariado (una trampa inventada por los explotadores de siempre para que los pobres les faciliten la jugada reprimiéndose a sí mismos), resulta que justo dos modestos representantes del proletariado han marcado un giro que, inevitablemente, nos está mostrando la luz al final del tenebroso túnel dictatorial.
En el mensaje que hace pocos días envió al Parlamento Europeo, al verse imposibilitado (por la prohibición del régimen) de viajar a Estrasburgo, Francia, para recoger el Premio Sajarov 2010 a la libertad de conciencia, Guillermo Fariñas relaciona cinco prioridades que hoy son de ineludible cumplimiento para  iniciar el avance de Cuba hacia la conquista de un estatus como nación civilizada.
Vale recordar (y valdrá tenerlas presente siempre) estas cinco prioridades, las que, de hecho, debieran ser ley tanto para el actual régimen como para los que les sucedan:
Primero: proseguir la liberación sin destierro de todos los presos políticos y de conciencia, además de comprometerse públicamente a jamás encarcelar a opositores políticos no violentos.
Segundo: suprimir de inmediato las golpizas violentas y amenazas a los opositores pacíficos dentro del país, realizadas por los militares y paramilitares adeptos al régimen.
Tercero: anunciar que serán estudiadas y eliminadas todas las leyes cubanas que entren en contradicción con la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Cuarto: otorgar en la práctica diaria las facilidades para que se creen partidos políticos opositores, medios de prensa no subordinados al sistema de “Socialismo de Estado”, sindicatos independientes y cualquier otro tipo de entidades sociales pacíficas.
Quinto: aceptar públicamente que todos los cubanos residentes en la diáspora tienen el derecho a participar en la vida cultural, económica, política y social de Cuba.
Desde luego que ni una sola de estas prioridades está recogida, o al menos insinuada, en el Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, por más que los voceros de la dictadura y sus cómplices internacionales se esfuercen por promocionarlo como una muestra de supuesta voluntad de cambio.
Tampoco podremos encontrar la menor alusión a esos cinco puntos (o aunque sea a uno solo de ellos) en los discursos o en los chapoteos populistas de nuestros presuntos perfeccionadores del socialismo. Y eso que el propio general Raúl Castro ha declarado: “O rectificamos o ya se acabó el tiempo de seguir bordeando el precipicio, nos hundimos y hundiremos el esfuerzo de generaciones enteras”.
Lo que sí está presente en el Proyecto de Lineamientos, desde la primera hasta la última frase, es el talante totalitario que les caracterizó siempre, la jerga de tutores providenciales del pueblo, el celo por cuidar que ni las más elementales pizcas de poder escapen de sus manos: desde lo que ellos denominan la concentración de propiedades hasta el íntimo propósito de cada individuo.
Es fácil prever entonces el menú que presidirá la mesa en la fiesta para la celebración de su 52 aniversario de dictadura y caudillismo demencial: pato al clavo.
Pues que les aproveche. Quizá sea su última cena, o quizás no. Pero muy seguro sí es que durante el año 2010 han perdido la última oportunidad de continuar estirando impunemente su sistema de poder arbitrario, ineficaz e incivilizado.