ISABEL MORALES Y JUAN O. TAMAYO
Un alto funcionario de la Casa Blanca alabó el miércoles al cardenal cubano Jaime Ortega por sus ges- tiones para lograr la liberación de prisioneros políticos, pero reiteró que todos los disidentes deberían ser excarcelados y tener la opción de quedarse en Cuba.
Ortega, de visita en Washington, se reunió con James Jones, jefe del Consejo de Seguridad Nacional (CSN) de la Casa Blanca, y con Arturo Valenzuela, secretario de Estado adjunto para América Latina.
El cardenal, en una entrevista aparte con Catholic News Service, dijo que antes de las históricas negociaciones con Raúl Castro, las tensiones en La Habana estaban amenazando con llegar a un punto tan volátil como en el periodo previo al éxodo de Mariel en 1980.
Aunque Ortega no hizo ningún comentario después de sus reuniones con los funcionarios estado unidenses, el Consejo de Seguridad Nacional emitió un comunicado dando algunos detalles de su entrevista con Jones, un general retirado.
"El general Jones elogió al cardenal Ortega por el papel que la Iglesia Católica tuvo en la liberación de los que estuvieron encarcelados por mantenerse firmes por los derechos del pueblo cubano'', dijo Michael Hammer, portavoz del CSN.
Jones tambien "reiteró el deseo del gobierno de Estados Unidos de ver a todos los presos políticos libres y sin condiciones, con el derecho a permanecer en Cuba en caso de su liberación'', agregó.
Cuba ha puesto en libertad a 21 de los 52 prisioneros políticos que pro- metió excarcelar tras las negociaciones entre Ortega y Castro. Veinte de ellos fueron directamente de la cárcel al aeropuerto de La Habana para abordar vuelos hacia España, generando quejas de que habían sido "expatriados''.
Jones también enfatizó ante el cardenal Ortega que Cuba debe liberar al contratista estadounidense Alan Gross, quien está detenido sin cargos en La Habana desde diciembre del 2009. Gross trabajaba para la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID).
Ortega visitó Washington a fines de junio, a pocos días de que se anunciara el acuerdo para liberar a los 52 disidentes encarcelados desde el 2003. El 7 de julio, Ortega anunció que Castro había acordado liberar a los presos en los siguientes tres o cuatro meses.
Las reuniones de Ortega con Jones y Valenzuela fueron a puerta cerrada. Se espera que el Departamento de Estado se pronuncie el jueves sobre la visita del cardenal.
"Lo que puedo decir ahora es que sí se reunieron'', dijo una fuente del Departamento de Estado. Valenzuela "dijo que fue una reunión buena y hablaron de la situación en Cuba y la liberación de los prisioneros''.
Durante su estadía en Washington, el cardenal también recibió el Premio Gaudium et Spes, otorgado en la conferencia anual de los Caballeros de Colón, distinción que sólo se ha otorgado a siete personas en el mundo.
En su entrevista con Catholic News Service (CNS), el prelado recordó que durante la primavera grupos pro gubernamentales habían hostigado a las Damas de Blanco, familiares de disidentes encarce- lados en el 2003, bloqueando sus marchas pacíficas por las calles de La Habana, que inician después de asistir a misa los domingos.
"Empezaba a semejarse al tiempo del Mariel'', dijo Ortega a CNS, una agencia de la Conferencia de Obis- pos Católicos de Estados Unidos. "Estaba causando inestabilidad''.
El éxodo del Mariel, durante el cual 125,000 cubanos llegaron al sur de la Florida, ocurrió en el marco de un desplome económico en la isla, como la que Cuba sufre ahora, y fue marcada por turbas de partidarios del gobierno que atacaban duramente a los que querían salir del país.
Ortega, en su primera descripción de algunos de los detalles de sus pláticas con Castro, le dijo a CNS que después de varias semanas de hostigamiento a las Damas de Blanco, le escribió al gobernante cubano una carta un lunes y que recibió respuesta al jueves siguiente.
El cardenal se reunió con las Damas de Blanco, quienes pidieron la liber- tad de los presos en mal estado de salud y el traslado de otros a cárceles más cerca de sus familias. Poco después, el hostigamiento cesó y algunos pre- sos fueron transferidos a centros penitenciarios en sus provincias de origen.
"Después de ese primer encuentro, comenzamos una conversación'' con el gobierno, agregó Ortega. Horas después de su encuentro con Castro en julio, el cardenal anunció que el gobierno había prometido liberar a los 52 prisioneros políticos.
Ortega dijo a CNS que se reunió con diplomáticos norteamericanos en La Habana para hablar sobre los prisioneros que iban a querer venir a Estados Unidos, pero se le informó que eso no sería posible en el corto plazo.
El gobierno de Estados Unidos "quería mantener un perfil bajo'', dijo Ortega en el reporte de CNS.
Ortega también le dijo a la agencia que la promesa de liberación de los prisioneros políticos es muy popular en Cuba, y que muchos cubanos le han dado las gracias cuando camina por las calles de La Habana.
El gobierno de Castro también se ha beneficiado, agregó el cardenal. El gobierno socialista de España ha incrementado sus esfuerzos para persuadir a la Unión Europea de abolir su llamada "Posi- ción Común'', que liga las relaciones de la UE con Cuba a los derechos humanos en la isla.
"En la vida interna de Cuba esto no es muy importante'', señaló Ortega. ‘Pero para las relaciones internacionales, es muy importante''. Ortega señaló en el reporte de CNS que la mayor frustración de los cubanos es la economía, machacada por una crisis de liquidez, falta de eficiencia y productividad, y una nómina estatal con alrededor de un millón de empleados excedentes.
Isabel Morales reportó desde Washington para El Nuevo Herald.
Ortega, de visita en Washington, se reunió con James Jones, jefe del Consejo de Seguridad Nacional (CSN) de la Casa Blanca, y con Arturo Valenzuela, secretario de Estado adjunto para América Latina.
El cardenal, en una entrevista aparte con Catholic News Service, dijo que antes de las históricas negociaciones con Raúl Castro, las tensiones en La Habana estaban amenazando con llegar a un punto tan volátil como en el periodo previo al éxodo de Mariel en 1980.
Aunque Ortega no hizo ningún comentario después de sus reuniones con los funcionarios estado unidenses, el Consejo de Seguridad Nacional emitió un comunicado dando algunos detalles de su entrevista con Jones, un general retirado.
"El general Jones elogió al cardenal Ortega por el papel que la Iglesia Católica tuvo en la liberación de los que estuvieron encarcelados por mantenerse firmes por los derechos del pueblo cubano'', dijo Michael Hammer, portavoz del CSN.
Jones tambien "reiteró el deseo del gobierno de Estados Unidos de ver a todos los presos políticos libres y sin condiciones, con el derecho a permanecer en Cuba en caso de su liberación'', agregó.
Cuba ha puesto en libertad a 21 de los 52 prisioneros políticos que pro- metió excarcelar tras las negociaciones entre Ortega y Castro. Veinte de ellos fueron directamente de la cárcel al aeropuerto de La Habana para abordar vuelos hacia España, generando quejas de que habían sido "expatriados''.
Jones también enfatizó ante el cardenal Ortega que Cuba debe liberar al contratista estadounidense Alan Gross, quien está detenido sin cargos en La Habana desde diciembre del 2009. Gross trabajaba para la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID).
Ortega visitó Washington a fines de junio, a pocos días de que se anunciara el acuerdo para liberar a los 52 disidentes encarcelados desde el 2003. El 7 de julio, Ortega anunció que Castro había acordado liberar a los presos en los siguientes tres o cuatro meses.
Las reuniones de Ortega con Jones y Valenzuela fueron a puerta cerrada. Se espera que el Departamento de Estado se pronuncie el jueves sobre la visita del cardenal.
"Lo que puedo decir ahora es que sí se reunieron'', dijo una fuente del Departamento de Estado. Valenzuela "dijo que fue una reunión buena y hablaron de la situación en Cuba y la liberación de los prisioneros''.
Durante su estadía en Washington, el cardenal también recibió el Premio Gaudium et Spes, otorgado en la conferencia anual de los Caballeros de Colón, distinción que sólo se ha otorgado a siete personas en el mundo.
En su entrevista con Catholic News Service (CNS), el prelado recordó que durante la primavera grupos pro gubernamentales habían hostigado a las Damas de Blanco, familiares de disidentes encarce- lados en el 2003, bloqueando sus marchas pacíficas por las calles de La Habana, que inician después de asistir a misa los domingos.
"Empezaba a semejarse al tiempo del Mariel'', dijo Ortega a CNS, una agencia de la Conferencia de Obis- pos Católicos de Estados Unidos. "Estaba causando inestabilidad''.
El éxodo del Mariel, durante el cual 125,000 cubanos llegaron al sur de la Florida, ocurrió en el marco de un desplome económico en la isla, como la que Cuba sufre ahora, y fue marcada por turbas de partidarios del gobierno que atacaban duramente a los que querían salir del país.
Ortega, en su primera descripción de algunos de los detalles de sus pláticas con Castro, le dijo a CNS que después de varias semanas de hostigamiento a las Damas de Blanco, le escribió al gobernante cubano una carta un lunes y que recibió respuesta al jueves siguiente.
El cardenal se reunió con las Damas de Blanco, quienes pidieron la liber- tad de los presos en mal estado de salud y el traslado de otros a cárceles más cerca de sus familias. Poco después, el hostigamiento cesó y algunos pre- sos fueron transferidos a centros penitenciarios en sus provincias de origen.
"Después de ese primer encuentro, comenzamos una conversación'' con el gobierno, agregó Ortega. Horas después de su encuentro con Castro en julio, el cardenal anunció que el gobierno había prometido liberar a los 52 prisioneros políticos.
Ortega dijo a CNS que se reunió con diplomáticos norteamericanos en La Habana para hablar sobre los prisioneros que iban a querer venir a Estados Unidos, pero se le informó que eso no sería posible en el corto plazo.
El gobierno de Estados Unidos "quería mantener un perfil bajo'', dijo Ortega en el reporte de CNS.
Ortega también le dijo a la agencia que la promesa de liberación de los prisioneros políticos es muy popular en Cuba, y que muchos cubanos le han dado las gracias cuando camina por las calles de La Habana.
El gobierno de Castro también se ha beneficiado, agregó el cardenal. El gobierno socialista de España ha incrementado sus esfuerzos para persuadir a la Unión Europea de abolir su llamada "Posi- ción Común'', que liga las relaciones de la UE con Cuba a los derechos humanos en la isla.
"En la vida interna de Cuba esto no es muy importante'', señaló Ortega. ‘Pero para las relaciones internacionales, es muy importante''. Ortega señaló en el reporte de CNS que la mayor frustración de los cubanos es la economía, machacada por una crisis de liquidez, falta de eficiencia y productividad, y una nómina estatal con alrededor de un millón de empleados excedentes.
Isabel Morales reportó desde Washington para El Nuevo Herald.
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